Gabriel Katopodis: “La principal fortaleza política del presidente es haber salvado vidas”
El ministro de Obras Públicas asegura que la resolución de la negociación por la deuda externa crea las condiciones para que el gobierno dinamice la gestión política y económica.
El ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, rescata permanentemente el diálogo que mantiene con gobernadores e intendentes de todo el país más allá de su color político. En ese sentido, Katopodis cumple un rol esencial en la proyección política del gobierno hacia todos los territorios. Con el foco del gobierno nacional puesto en la resolución de los efectos sociales y económicos de la pandemia, puso la energía de su ministerio en la construcción, en tiempo récord, de 12 hospitales modulares que, junto con el de La Matanza y otras obras, agregaron más 300 camas de terapia intensiva al sistema de salud nacional.
La obra pública ocupará un lugar destacado en los planes de recuperación económica de la pospandemia. El acto del jueves pasado fue el primer paso en ese sentido.
–El lanzamiento de las inversiones en obra pública fue casi en continuo con el anuncio del fin de las negociaciones con los acreedores externos. ¿Esperaron ese momento?
–La negociación nos permite despejar una incertidumbre importante. Se llevó adelante con una decisión muy firme y determinante del presidente y la vicepresidenta. Ahora eso nos tiene que permitir planificar las decisiones con una perspectiva de desarrollo para poner en marcha la economía. Tenemos claro que ese proceso de reconstrucción y reactivación tiene que tener a la industria y a las pymes con fuerte protagonismo. Necesitamos que el resultado de estos procesos de negociación movilice a los sectores productivos, los incluyan, y que no sólo esté orientado a los sectores financieros y a los grupos concentrados de la economía.
–¿Qué rol le ve a la obra pública en este momento?
–Estamos trabajando la agenda de obra pública y fuimos transitando la agenda vinculada a la pandemia. En estos meses nos dedicamos a la construcción de 12 hospitales modulares y la reapertura del hospital de La Matanza, además de unas 40 obras más que nos permitieron –en distintas provincias y distintas localidades- refuncionalizar terapias, ampliar hospitales y sumar camas. Solamente en el Área Metropolitana, con las obras que hizo este Ministerio sumamos unas 1000 camas de las que un tercio son críticas.
–¿Y qué papel cree que jugará hacia adelante?
–Estamos convencidos de que la obra pública es uno de los pilares con los que se puede poner en marcha la economía e iniciar esta etapa de reconstrucción de la Argentina en el marco de esta pandemia. Está claro que estamos gobernando en una de las crisis más profundas en la historia de nuestro país. Siempre que tuvimos este tipo de crisis la obra pública se transformó en un motor muy importante por su despliegue territorial, por su capacidad de generar empleo y de movilizar otros sectores en la cadena de la construcción.
–¿Con los anuncios de obra pública, más los del Procrear, el presidente quiere mostrar objetivos a futuro más allá de la pandemia?
–Venimos trabajando en estas dos realidades permanentemente, la sanitaria en el AMBA y, a la vez, poner en marcha la rueda de la economía. Eso es viable ya que en la mayoría de las provincias las actividades se han retomado en un 80 por ciento. Allí estamos en condiciones de llevar adelante la obra pública junto con otras medidas que integren el proceso de reactivación y estímulo de los sectores productivos. La reestructuración de la deuda nos genera previsibilidad y la posibilidad de ahorrar más de 40 mil millones de dólares, que debe ser volcado en políticas activas. Es necesario reactivar el mercado interno, uno de los motores de la economía es el consumo que hoy requiere de estímulo, sostener el ingreso con ayudas monetarias como el IFE o el ATP, y también estímulos a distintas actividades productivas del país. (El presidente) Alberto (Fernández) tomó la decisión de que ese diseño se haga de manera regional, en sintonía con los gobernadores.
–La elección de los gobernadores con los cuales se hizo el acto del jueves, ¿tiene por objeto mostrar amplitud política?
–Sí. Cada provincia tuvo su propia característica. Santa Cruz fue una de las más postergadas y castigadas en los últimos cuatro años; allí lo que queremos mostrar es la decisión del gobierno de reparar esas arbitrariedades. Hay que entender que cuando se castiga a un gobernador por su color político, como fue el caso de Alicia (Kirchner), se castiga a los habitantes. En el caso de Entre Ríos, se trata de una obra que estuvo parada casi cuatro años. Anunciamos la obra de la ruta 11, el corredor turístico de los partidos de la costa bonaerense, que está parada desde mediados de 2019. La ruta 40 de acceso norte en San Juan es un caso similar: esta provincia tuvo hasta 2017 algo de financiamiento y luego se cortó. Pero también incorporamos a la provincia de Corrientes, que es de otro color político y lo hicimos para mostrar que estamos trabajando con las 24 provincias. Todas las provincias tienen una agenda con este Ministerio en los tres ejes de nuestra actividad: rutas, saneamiento y el Plan Argentina Hace. A ello hay que agregar que pusimos en marcha la ejecución de 60 obras de infraestructura en 47 universidades nacionales para ampliar aulas, construir laboratorios, unificar dependencias. Eso se está licitando y contempla una inversión de 10 mil millones de pesos.
–Menciona muchas obras paralizadas. ¿Cuál era la situación cuando asumieron?
–Nos encontramos con un Ministerio que tenía una deuda de casi $ 35 mil millones, y con el 60 % de las obras paralizadas, casi todas desde 2018 en adelante, cuando el gobierno de Macri avanzó con el endeudamiento y el acuerdo con el Fondo Monetario. Allí se produjo un ajuste en todos los presupuestos y en particular en el de la obra pública.
–Argentina Hace impulsa obra pública con pymes y cooperativas. Estas últimas salieron muy golpeadas del macrismo. ¿Las ve en condiciones de asumir esa tarea?
–Toda la obra pública de este programa está orientada estrictamente a pequeñas empresas constructoras o cooperativas y a que sean trabajadores desocupados del lugar los que sean convocados. Se está trabajando con los municipios para que esos recursos estén destinados a ese sector. Son obras de mediana y pequeña escala que no implican tener que convocar a grandes empresas constructoras. Pretendemos invertir en los próximos meses unos 30 mil millones de pesos en Argentina Hace categorizados en tres niveles: los 40 municipios del AMBA, los 80 municipios agentinos de más de 100 mil habitantes, y el resto del país. El objetivo es que esos recursos movilicen el desarrollo local, para lo cual cada municipio tiene que ir viendo de qué manera lo lleva adelante.
–Usted lleva una agenda federal y de contacto estrecho con gobernadores. ¿Considera que juega un rol político para el gobierno?
–Sí. Toda la agenda de obra pública está acordada con los gobernadores. Los primeros 90 días de la gestión nos dedicamos a recorrer las provincias y luego, con la pandemia, mantuvimos el contacto. Eso nos permitió darle carácter federal a la planificación de la obra pública. Tenemos un fuerte vínculo también con los intendentes.
–En ese vínculo con los gobernadores están también los que pertenecen a otros espacios políticos. ¿Cómo los ve en relación al resto de la oposición?
–Hay una definición muy clara entre aquellos que tienen responsabilidad de gestión y los que no, que están teniendo otro tipo de actitudes. No hay duda de que la pandemia nos obliga a mejorar los niveles de coordinación y entendimiento entre todos los que estamos gobernando, una muestra de eso es la agenda de coordinación entre la Ciudad, la Provincia y la Nación. Pero la pandemia no produce demanda de macrismo, nadie está imaginando que el macrismo nos iba a cuidar con las políticas que aplicaron. En esta crisis se pone muy en contraste, por un lado, un presidente que está en la Argentina defendiendo los interesas nacionales en la negociación de la deuda y, además, cuidando la salud de los argentinos, y por el otro, un expresidente que está viajando por Europa y manifiesta absoluto desinterés con lo que pasa con la salud de buena parte de los argentinos. Queda claro que hay dos maneras muy diferentes de comprometerse con lo que está pasando en el país.
–Uno de los temas que divide al gobierno de la oposición es el del impuesto por única vez a la riqueza. ¿Cómo evalúa esa iniciativa?
–Me parece que es una iniciativa que va a tener consenso de buena parte de los legisladores, que es algo que se viene aplicando en buena parte de los países del primer mundo. La recesión es el común denominador de las economías de todos los países, el problema de Argentina es que ya veníamos en recesión por la pandemia de Macri y a ello se agregó la pandemia del Covid-19.
–¿Cómo evalúa la situación del gobierno? Llegaron con crisis económica y los agarró la pandemia apenas iniciado.
–Me parece que es un gobierno que fue cumpliendo cada uno de sus compromisos desde que asumió el 10 de diciembre, con un presidente que se fue legitimando y construyendo un vínculo con buena parte de la sociedad, que desde el primer día planteó objetivos muy claros, como una reestructuración de la deuda que no pusiera en riesgo la defensa de los intereses nacionales, que planteó una reforma integral de la justicia para tener un poder judicial más independiente y de mejor calidad institucional, que planteó comenzar por los últimos y ellos son las personas adultas mayores a las que se les garantizó una mejora en sus ingresos y a quienes se les devolvió la gratuidad en sus medicamentos, que se planteó una política contra el hambre que se desarrolló y que hoy se está garantizando en todo el país. Que tuvo la responsabilidad de llevar adelante una agenda de cuidado en el marco de la pandemia y que en ese marco está generando las condiciones para reactivar la economía. No hay duda de que la consigna es que tenemos que seguir cuidándonos el tiempo que haga falta y que no podemos bajar la guardia porque esta pandemia mata. Entendemos el cansancio, la preocupación y la angustia de la población, y de sectores comerciantes y productivos, pero es un proceso que se viene haciendo bien, con buenos resultados y que hay que seguir garantizando. La principal fortaleza política del presidente es haber salvado vidas y haber garantizado el cuidado de la salud. Ese es un legado de este gobierno.
Por Randy Stagnaro y Gimena Fuertes
Fuente: Tiempo Argentino