El principio del fin de Chiqui Tapia
La solución al monumental conflicto en el fútbol debe venir de la política; nadie percibe en el horizonte un dirigente deportivo en condiciones de hacerse cargo de la AFA
LA NACIONJoaquín Morales Solá

Es el principio del fin de Tapia, dice un dirigente del fútbol que no es amigo del presidente de la AFA, pero lo frecuenta. Se refería al escandaloso espectáculo que dieron ayer más de 30 procedimientos para allanar la central del fútbol argentino y las sedes de varios clubes. En rigor, Claudio “Chiqui” Tapia está sospechado por el entramado de dinero que rodea a su entorno: fundamentalmente al tesorero de la AFA y mano derecha de Tapia, Pablo Toviggino, y al financista Ariel Vallejo, la cara visible de Sur Finanzas, una financiera que era anunciante y prestamista de clubes de primera división.
“Los intereses que cobraba Sur Finanzas eran muy caros, pero venía de la mano de Tapia. Mi club no aceptó el préstamo, pero tal vez lo hubiera aceptado si los intereses hubieran sido más baratos”, admitió el presidente de otro club importante. Ese club pudo decir que no, pero otros se convirtieron en rehenes de Vallejo y, por lo tanto, del propio Tapia. “Estábamos contra las cuerdas entre Tapia y Vallejo”, confiesa un dirigente de un club que aceptó un préstamos de Vallejo.
Sin embargo, lo peor que le sucedió a Tapia en tiempos recientes es que los árbitros perdieron el respeto de los aficionados y ya nadie sabe si los resultados de los partidos son reales o si, por el contrario, han sido amañados. Para peor, el propio Tapia creó un premio y un campeonato que no figuran en los estatutos de la AFA. Fue el artefacto que explotó públicamente, aunque previamente existió un conflicto menos visible. Aquel escándalo sobre un trofeo que no existía terminó con la protesta pública de los jugadores de Estudiantes, que al inicio de un partido les dieron la espalda a los supuestos campeones de ese torneo inventado, Rosario Central. Un tribunal de disciplina sancionó luego duramente al presidente de Estudiantes, Juan Sebastián Verón, al club y a sus jugadores. El escándalo no terminó porque Verón anunció que apelará la decisión de la AFA ante el Tribunal Arbitral de Deportes, un organismo independiente con sede en Suiza.
La primera conclusión es que la solución al monumental conflicto que vive el fútbol argentino, su organización más importante (la AFA) y el presidente de ella, Tapia, no puede venir del deporte más popular del país. La solución debe venir de la política, pero la política tiene sus propios límites porque el Gobierno no puede meter mano en la AFA sin correr el riesgo de que el fútbol argentino sea apartado por la FIFA, la organización mundial que administra el fútbol, justo pocos meses antes del próximo campeonato del mundo que se realizará en los Estados Unidos, Canadá y México entre junio y julio del año próximo. La selección argentina llegará a ese torneo como campeona mundial del último certamen.
Uno de los aspectos lamentables del conflicto de la AFA y de su presidente es que son la cara visible de un equipo de jugadores notables, que cuenta entre ellos a quien es considerados el mejor jugador del mundo, Lionel Messi. Los jugadores son absolutamente ajenos a la crisis en la central del fútbol argentino. Más bien sucede todo lo contrario: los dirigentes locales del fútbol, empezando por Tapia, se han hecho ricos y han cometido sus tropelías usando de la peor manera el talento de los deportistas que se alzaron con la copa del mundo en Qatar en 2022.
Ningún jugador de la selección se pronunció públicamente hasta ahora sobre el conflicto de la AFA y de Tapia. Hacen bien. En verdad, el único defensor en la esfera pública de Tapia y de su influyente tesorero Toviggino es el abogado Gregorio Dalbón, que también es uno de los letrados que defiende en los tribunales a Cristina Kirchner. Dalbón amenazó en su cuenta en X a periodistas, en especial a Esteban Trebucq, de LN+, a quien le aconsejó que se compré zapatillas para recorrer los tribunales. El periodismo que sigue el caso solo se hizo eco de la versión según la cual una mansión en Pilar, con autos antiguos, haras y helipuerto, estaría vinculada a Tapia y a Toviggino. Incluso, la Coalición Cívica, con la firma entre otros de la propia Elisa Carrió, pidió a la Justicia que investigue esa enorme propiedad, a sus presuntos propietarios y a sus eventuales testaferros.
Tanto Tapia como Toviggino están acosados por los negocios del financista Vallejo y de su financiera Sur Finanzas, un empresa que comenzó a manejar miles de millones de pesos con los clubes de la AFA. Antes, se había iniciado como una pequeña financiera con una oficina y nada más. La DGI pidió que se investigue a varios monotributistas con cuentas con dinero que serían de otros dueños, los verdaderos. La agencia impositiva pidió también que se investigue a la familia de Ariel Vallejo porque este podría haber puesto dinero y propiedades a nombre de sus familiares. Sur Finanzas solía hacer donaciones a clubes de primera división con la condición de que coloquen una placa en homenaje a la financiera en un lugar visible. Algunos clubes importantes, como Independiente, rechazaron colocar la placa porque sencillamente no recibieron todo el dinero prometido como donación. A ese nivel de estafa y de engaño se llegó en los alrededores mismos de Tapia.
Julio Grondona hacía cosas peores, pero sabía esconderlas del escrutinio público. En el fútbol es conocida una anécdota. Sucedió cuando Mauricio Macri era presidente de Boca y ya comenzaba a proponer que los clubes se convirtieran en sociedades anónimas. Le llevó la idea a Grondona y este la aceptó con la condición de que fuera aprobada por el comité ejecutivo de la AFA. Macri estuvo de acuerdo con la convicción de que una idea de Grondona no sería rechazada nunca por un comité que dependía del entonces caudillo del fútbol argentino. En la votación final solo votaron a favor de la idea Macri y el propio Grondona; el resto del comité ejecutivo votó en contra y, por lo tanto, el proyecto fue rechazado. “¿Viste, Mauricio? A los clubes no les gusta tu idea”, concluyó Grondona, no sin hipocresía. Macri se fue con la certeza de que quien era presidente de la AFA había convencido primero a los miembros del comité ejecutivo de que votaran en contra, mientras Grondona se reservaba para él el único voto a favor, además del previsible de Macri. Mucho después, Grondona terminó entregándole el negocio de la televisación del fútbol a los Kirchner cuando estos tenían el gobierno. Un favor político de un tamaño colosal; esa vez, Grondona no pudo esconder su complicidad ni su sociedad con el poder que mandaba.
Ahora, no solo se trata de la cantidad de dinero que se mueve alrededor de Tapia, sino también de las actitudes, declaraciones y decisiones que son gravemente arbitrarias dentro de las normas del fútbol. Dirigentes del fútbol recordaban que hace poco un árbitro, que había sido seriamente cuestionado en la cancha por no cobrar un penal, fue al vestuario al final del partido (que ganó el club afectado por aquel fallo) y los insultó a los gritos a los jugadores porque habían protestado frente a su decisión sobre el penal. “Nunca antes había sucedido que un árbitro trate así a los jugadores, y menos aun cuando acababan de ganar un partido sobre la hora y luego de una injusta decisión del propio árbitro”, reseña un dirigente del fútbol que vio el triste espectáculo.
La investigación sobre Tapia tiene ya cuatro jueces: los jueces federales Luis Armella, Federico Villena y Daniel Rafecas y el juez en lo Penal Económico Javier López Biscayart. Rafecas pidió que la Cámara Federal decida si el caso de lavado de dinero y enriquecimiento ilícito quedará en sus manos o en las de López Biscayart. Fiscales investigan si Ariel Vallejo, el dueño de Sur Finanzas, fue realmente asesor de Sergio Massa en la Cámara de Diputados, porque si fue funcionario público le cabe una condena por enriquecimiento ilícito. No hay dudas de la condición de Tapia de empleado público porque es presidente de la Ceamse, el organismo encargado de gestionar los residuos del área metropolitana. Acaba de regresar a ese cargo promovido por su nuevo padrino político, el gobernador Axel Kicillof. Puede caer sobre Tapia una condena por enriquecimiento ilícito.
Según dirigentes de la AFA, que pidieron reserva de sus nombres, hay tres cabecillas de la central del fútbol que se hicieron inmensamente ricos: Tapia, Toviggino (que viaja en avión privado propio) y Luciano Nakis, prosecretario de la AFA que se hizo famoso por secarle la nuca transpirada a Tapia en Qatar. Nakis aspira a presidir el club Independiente. Según esas mismas voces, es muy difícil que Tapia esté al frente de la AFA cuando comience el próximo mundial de fútbol. “No llega”, pronostica, seguro, un político que participa de la dirigencia del fútbol. En tal caso, habrá sido porque la Justicia resolvió el conflicto en la conducción de la AFA, no la política ni los dirigentes de ese deporte.
Ocurre, al mismo tiempo, que nadie percibe en el horizonte un dirigente del fútbol en condiciones de hacerse cargo de la AFA, y eso es lo que le impide al fútbol resolver sus propios problemas. Tales reflexiones son las que concluyen con que el Chiqui Tapia, antiguo yerno del incombustible Hugo Moyano, está viviendo el comienzo de su propio fin como el máximo responsable de la administración del deporte más popular del país. “No podemos llegar al Mundial de Fútbol como campeones del mundo y, a la vez, con un dirigente perseguido judicialmente por varios jueces”, dice un alto exponente de la AFA. El problema de Tapia es que comienza también a quedar definitivamente solo.
Fuente: La Nación

