“El antiperonismo justifica iniquidades y estafas”
El “Antiperonismo” como justificación de todas las iniquidades y estafas. Un análisis histórico, que tiene su correlato en el presente, sobre los discursos y actos de odio hacia el peronismo, las políticas sociales y la representación política de las mayorías en Argentina.
POR CARLOS CARAMELLO
“Yo nunca me metí en política,
siempre fui peronista”
Osvaldo Soriano
No habrá más penas ni olvidos
Ya sabemos que la culpa de todo la tiene el peronismo pero… ¿hasta dónde llega “todo”? ¿Cuál es el nivel de adhesión que el “antiperonismo” -una construcción evidentemente previa al peronismo- provoca, y cuántos los dislates, perfidias y desatinos se pueden tolerar sólo y nada más que porque es “la manera” de contradecir las políticas peronistas?
A sottovoce avisan que, probablemente, el 4 de junio del año que viene, celebren el 80 aniversario de la Creación del Antiperonismo (aunque sostengo que nació mucho mucho antes de la revolución del 1943). Lo que no saben es si intitularlo de esa manera o festejar el “Día del Único Argumento con el que, en Argentina, se Justifica Cualquier Atrocidad”. Yo se que es largo pero: ¿alguien ha estimado cuántas personas murieron durante lo que va de la pandemia por la campaña antivacunas que hicieron? Porque las tesis revoleadas (ellos no esgrimen: revolean) fueron varias y variopintas pero, en el subtexto, se leía claramente: “son vacunas peronistas”.
Es comprensible que algunos y algunas cierren los ojos y los oídos. También cerraban ventanas y canceles cuando el “aluvión zoológico” -como lo categorizó de la forma más discriminatoria posible el diputado radical Sanmartino- recorrió las calles de Buenos Aires para llegar hasta Plaza de Mayo y pedir por “su” Coronel. Y, a partir de allí, también cerraron su corazón. Aunque no sus bolsillos para recibir aguinaldos, vacaciones, premios… Si. Premios. Porque, aunque nosotros sostengamos que son derechos, ellos creen que son “premios”. Para los peronistas, claro. Para ellos sí son derechos.
Y después, cerraron el entendimiento. Cuando nos mataban como moscas por las calles y ellos sostenían que “algo” habríamos hecho. Lo destaco porque también, debajo de la pátina de duda que propone la frase, se entendía con claridad que eso nos ocurría porque éramos peronistas.
Acreditado el Terrorismo de Estado porque uno de los demonios era el peronismo, ya no hubo nada que no permitiese esa justificación. Cualquier cosa que hiciesen estaba bien. Porque defendían el honor y las mejores tradiciones de la Familia Argentina. Tradiciones como por ejemplo mantener esquemas de esclavitud en el trabajo rural o en los talleres textiles con sus sistemas de cama caliente. Y el honor de fugadores de permanentemente crítica al Estado mientras fundan compañías que venden sus servicios a ministerios, gobernaciones, intendencias y, paralelamente crean empresas offshore para sacar sus ganancias convertidas en divisas. Ahhh, pero eso lo hacen para que el “peronismo corrupto” no se robe los dineros que usted aporta con sus impuestos. Dineros que cualquier otro puede, por ejemplo, sortear sin que se le mueva “un pelo”. Usted me entiende.
Sí, usted. Que no tiene ni constructoras que tachonen la geografía con represas, puentes o cintas asfálticas, ni miles de hectáreas plantadas de soja o trigo (apenas las macetas con perejil y albahaca en el balconcito); usted que en el exterior sólo ha depositado su deseo de conocer Roma algún día… usted, usted es antiperonista.
Porque su abuelo le contó que, en un tiempo, acá, en el país del trigo, tuvieron que comer pan negro… (ahora usted lo paga a 500 mangos el paquete de poco más de medio kilo porque es rico en fibra y no contiene grasas trans) o, acaso, porque su familia siempre hablaba de cuando “esos negros hacían asado con el parquet de las casas que les regalaba Perón”. Pruebe hacer asado con madera lustrada, alguna vez, y va a ver el gusto que le deja a la carne…
Diga: ¿hasta cuándo piensa sostener que “son ricos, no necesitan robar”? Y eso sólo ocurre porque usted “sabe bien” que NO son peronistas. Es más: que detestan (como usted) a los peronistas. Es decir…
Bajo esos parámetros se termina aceptando que se detenga sin causa a políticos (porque son peronistas), que se juzgue y condene con pruebas falsas a dirigentes (porque son peronistas) y que se persiga y espíe a sindicalistas (porque son peronistas… aunque no todos y no tanto).
Y los jueces… ahhh, los antiperonistas hacen bien en usar distinta vara. En cambio si son justos, equitativos, imparciales… entonces, son peronistas y hay que hacerles juicio político. No importa si han dictaminado que a usted no lo roben con las tarifas de los servicios, no lo estafen con la calidad de productos o no lo esquilmen con los precios de los medicamentos. “Yo prefiero pagar más caro y que no vuelva Cristina (uso su nombre como sinónimo de percepción del peronismo)”, he escuchado decir varias veces. Es evidente que si el que te saquea un “gorila”, todo es mucho mejor, más distinguido, más paquete, ¿viste?… Con esos ojitos celestes…
Preocupados por la colonización cultural, hemos desatendido la “antiperonización” político-costumbrista y damos la batalla con muchos “nosotros” tratando de parecerse a ellos para ser aceptados. Son (¿somos?) los que pagan la cuota del club que no los quiere como socios… y que nunca los va a querer, porque aunque hagan antiperonismo de rúcula y empanada en frasco, se compren ropa de marca y manejen autos importados, para los que construyeron el antiperonismo antes de que Perón hubiese nacido (y si no, explíqueme “Civilización y Barbarie”), no van a dejar de ser “cabecitas” venidos a mas.
Por eso, cualquier barbaridad que ocurra en esta Patria nuestra, cualquier dislate, cualquier crimen, cualquier atrocidad, podrá ser justificada porque… “el peronismo”. No hay víctimas peronistas. Tampoco merecen Justicia.
Mientras tanto, los que comenten las tropelías, se pasean sonrientes, tranquilos, impunes… “antiperonistamente”.
* Licenciado en Letras, Docente Universitario, Periodista, Actor, Director de Teatro, Analista Político, Escritor y Trabajador de la Cultura
Fuente: Télam